Un Lugar Anónimo, no obstante recordado por las victimas del Campo de exterminio de Treblinka

Treblinka está situado a unos 200 kilómetros al norte de Varsovia y casi escondido en los bosques que rodean el pueblo que le da nombre; existieron dos Treblinkas, el I y el II que ocupaban una superficie total de 17 hectáreas.
Treblinka I, que se abrió durante Diciembre de 1941 para la trabajos de labor, contaba con una sección administrativa. También había barracones para las tropas de la SS, los guardias ucranianos, el comandante del campo de barracones, una cocina, un almacén y barracones para los 1.000 prisioneros que eran utilizados en labores de mantenimiento del campo. Un camino a la izquierda de este campo salía y se conectaba con la carretera. La otra sección de Treblinka I era el área donde se recibía a los prisioneros.
Treblinka II se encontraba en una pequeña colina y protegido de miradas indiscretas. Desde el primer campo había una ruta de subida delineada con barreras de alambre electrificadas (el embudo) que llevaba directamente dentro del edificio de las cámaras de gas. Detrás de este edificio existía una fosa de 1 metro de fondo por 20 metros de largo, dentro de la cual había hornos para quemar los cuerpos. Las vías estaban tendidas a lo largo de la fosa y los cuerpos de las víctimas gaseadas eran puestos en las vías para arder. También había un barracón en donde se alojaban los 500 prisioneros que trabajaban en la labores de sonderkommandos para el segundo campo.
Una de las obligaciones de algunos prisioneros era atender un pequeño recinto alambrado y rodeado de flores en donde a modo de zoológico se exhibían zorros y otros animales capturados por los bosques cercanos.
La vida para estos sonderkommandos era terrible; obligados a cavar fosas comunes y extraer los cadáveres de las cámaras de gas, eran apaleados sin motivo y asesinados a capricho siendo sustituidos por otros recién llegados. Existía una regla en Treblinka por la que al pasar lista a los prisioneros se les miraba el rostro; si tenían la marca de haber sido pegados por los guardias eran asesinados de inmediato. La vida media de sobrevivir en Treblinka era de solamente 5 días.

Los trenes que llegaban a Treblinka consistían en convoyes de 20 vagones; en el caso de ser varios los trenes que llegaban se les hacía esperar hasta que se fuesen vaciando de uno en uno. Cuando Treblinka funcionó al máximo llegaban cada día más de 12.000 prisioneros que serían gaseados inmediatamente aunque la media normal era de unos 7.000 diarios.
El vaciado de los ghettos polacos y la llegada de otras decenas de miles de prisioneros llegados del resto de Europa eran el grueso de las víctimas en Treblinka. He aquí algunos datos de los millares de seres humanos enviados a Treblinka:

 

Los prisioneros varones eran obligados a desnudarse completamente en los espacios al aire libre entre los barracones; una vez listos eran llevados corriendo para acelerar su ritmo cardíaco por el pasillo o tubo de unos 100 metros de longitud que conectaba la zona de llegada con la de la muerte y que era conocido entre los verdugos como el «camino al cielo».
Las cámaras de gas estaban alojadas en un edificio de ladrillo junto a un generador de electricidad que daba luz a la zona y un motor especial cuyo tubo de escape estaba conectado a las cámaras.
En un principio existían 3 cámaras de gas pero por la ampliación y la llegada de prisioneros por miles se construyeron durante Septiembre de 1942 otras 7 quedando las 10 en funcionamiento total a diario con una capacidad media de 200 seres humanos cada una y con un máximo de 3.000 asesinatos cada 3 horas.
Para eliminar a los cadáveres en los comienzos de Treblinka se realizaron numerosas fosas comunes en la parte este de las cámaras de gas pero por la rapidez y masificación del asesinato masivo de judíos no daba tiempo material para ser enterrados y en numerosas ocasiones se creaban pilas enormes de cuerpos que se pudrían al aire libre y cuyo hedor, según cuentan los testigos, se podía oler a 10 kilómetros de distancia.
Para trasladar los cuerpos desde las cámaras de gas a las fosas comunes, los sonderkommandos utilizaban carretillas parecidas a las de las minas que hacían rodar a empujones por los raíles pero este método no resultó efectivo por el gran número de cadáveres que se apilaban y se optó por una enorme cinta transportadora que aligeró este trabajo. En ocasiones algunos prisioneros, al salir al aire libre, volvían a la vida (muchas veces mujeres embarazadas) pero eran asesinados con un disparo en la cabeza.
Pero esto, ya de por si terrible, alcanzaba su punto máximo del terror cuando se producían los gaseamientos delante de la siguiente columna de prisioneros que veían y oían los gritos de sus familiares muriendo ante sus ojos. Los guardias, una vez cerradas las puertas de las cámaras y a escasos metros de los demás prisioneros que esperaban, solían golpear las paredes con sus porras y miraban a los demás que presos del pánico solían realizar sus necesidades fisiológicas de forma involuntaria. La mentira se acabó. El brutal final estaba frente a sus ojos sin posibilidad de escapar.
A finales de 1942 se ordena que los cadáveres sean incinerados al aire libre y que se exhumen las fosas creadas hasta ese momento; una sección de sonderkommandos se encargaría de estas tareas y que consistía en apilar entre 80 ó 100 cadáveres a la vez y mantener los fuegos durante unas 5 horas para la eliminación de las pruebas; este proceso duraría las 24 horas del día hasta Julio de 1943.
Destacan las matanzas de 7.000 judíos eslovacos entre el verano y el otoño de 1942; entre el 5 y 25 de Octubre del mismo año, 5 transportes trajeron a 8.000 judíos del campo Theresienstadt (Rep. Checa) que fueron eliminados inmediatamente; también asesinaron en la segunda quincena de Marzo de 1943 a unos 4.000 judíos de Tracia, asesinaron a 7.000 judíos macedónicos entre Marzo y Abril de 1943. El exterminio masivo continuó hasta el mes de Abril de 1943 fecha en que se redujeron los transportes llegando algunos que traían a judíos sobrevivientes detenidos tras la sublevación del ghetto de Varsovia.
Cuando Treblinka eliminó el campo para no dejar rastro de sus viles crímenes arrastró una estela de más de 800.000 prisioneros asesinados

 

CAMPO DE EXTERMINIO TREBLINKA (POLONIA)

Creado el 23-07-1942

Rebelión de los prisioneros el 02-08-1943

Cerrado el XX-09-1943

Fallecidos: 800.000

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN Y EXTERMINIO

LOS COMANDANTES DEL CAMPO

Irmfried Eber

Franz Stangl

Kurt Hubert Franz

HISTORIA DEL CAMPO

Treblinka está situado a unos 200 kilómetros al norte de Varsovia y casi escondido en los bosques que rodean el pueblo que le da nombre; existieron dos Treblinkas, el I y el II que ocupaban una superficie total de 17 hectáreas.
Treblinka I, que se abrió durante Diciembre de 1941 para la trabajos de labor, contaba con una sección administrativa. También había barracones para las tropas de la SS, los guardias ucranianos, el comandante del campo de barracones, una cocina, un almacén y barracones para los 1.000 prisioneros que eran utilizados en labores de mantenimiento del campo. Un camino a la izquierda de este campo salía y se conectaba con la carretera. La otra sección de Treblinka I era el área donde se recibía a los prisioneros.
Treblinka II se encontraba en una pequeña colina y protegido de miradas indiscretas. Desde el primer campo había una ruta de subida delineada con barreras de alambre electrificadas (el embudo) que llevaba directamente dentro del edificio de las cámaras de gas. Detrás de este edificio existía una fosa de 1 metro de fondo por 20 metros de largo, dentro de la cual había hornos para quemar los cuerpos. Las vías estaban tendidas a lo largo de la fosa y los cuerpos de las víctimas gaseadas eran puestos en las vías para arder. También había un barracón en donde se alojaban los 500 prisioneros que trabajaban en la labores de sonderkommandos para el segundo campo.
Una de las obligaciones de algunos prisioneros era atender un pequeño recinto alambrado y rodeado de flores en donde a modo de zoológico se exhibían zorros y otros animales capturados por los bosques cercanos.
La vida para estos sonderkommandos era terrible; obligados a cavar fosas comunes y extraer los cadáveres de las cámaras de gas, eran apaleados sin motivo y asesinados a capricho siendo sustituidos por otros recién llegados. Existía una regla en Treblinka por la que al pasar lista a los prisioneros se les miraba el rostro; si tenían la marca de haber sido pegados por los guardias eran asesinados de inmediato. La vida media de sobrevivir en Treblinka era de solamente 5 días.
Nota del autor:
«Debo añadir, tras mi visita a este campo (o su recuerdo), que la falta de instalaciones antiguas eran la representación póstuma de la sinrazón; si en otros campos que he visitado quedaron vestigios de sus actividades cruentas, Treblinka no tenía ni siquiera eso, una pared, algo que recordase a sus víctimas. Los verdugos, ante la inminente llegada de tropas aliadas, no solamente aniquilaron a sus prisioneros, sino que dinamitaron las instalaciones en un intento de ocultar sus crímenes. No lo consiguieron, Treblinka sigue existiendo y la memoria también».

Treblinka se dividió en tres zonas delimitadas:

Área viva: Zona destinada a las instalaciones propias de los guardianes; cuartel y alojamientos de los SS y ayudantes ucranianos así como la casa del comandante del campo así como una oficina administrativa, la enfermería, almacenes, talleres de mantenimiento y una serie de barracones que alojaban a los prisioneros sonderkommandos.

Área de recepción (o de engaño): Lugar de llegada de los trenes de deportados para su aniquilación; consistía en una estación falsa y decorada con todo tipo de detalles para dar la apariencia de autenticidad, un andén de unos 200 metros de longitud con plataforma incluida y un reloj inútil cuyas manecillas eran accionadas por un prisionero para dar la apariencia de que funcionaba.

Área de exterminio: La última del campo; separada del resto de instalaciones y cubierta con vegetación, era la destinada para el gaseamiento y cremación de los prisioneros.
Cercano al andén y a la falsa estación existían dos edificaciones en donde se llevaban las pertenencias de los deportados para ser clasificadas.
Es en esta zona es donde se producía la selección de la muerte; dos barracones servían de clasificación, las mujeres y niños al barracón del norte en donde se les rapaba el cabello y desnudaba; el barracón sur era para almacén de estos efectos.
El último edificio que existía en esta zona era el llamado Lazareto; una construcción de madera con la bandera de la Cruz Roja ondeando en el tejado para tranquilizar a los recién llegados y en el que se fusilaba a los prisioneros que llegaban débiles, agotados, enfermos o incapaces de seguir andando hasta las cámaras de gas.

LA LLEGADA AL CAMPO

Los trenes que llegaban a Treblinka consistían en convoyes de 20 vagones; en el caso de ser varios los trenes que llegaban se les hacía esperar hasta que se fuesen vaciando de uno en uno. Cuando Treblinka funcionó al máximo llegaban cada día más de 12.000 prisioneros que serían gaseados inmediatamente aunque la media normal era de unos 7.000 diarios.
El vaciado de los ghettos polacos y la llegada de otras decenas de miles de prisioneros llegados del resto de Europa eran el grueso de las víctimas en Treblinka. He aquí algunos datos de los millares de seres humanos enviados a Treblinka:

23 de Julio al 21 Septiembre de 1942: Del ghetto de Varsovia fueron enviados a Treblinka más de 265.000 judíos.

15 de Mayo 1942 al 8 de Julio de 1942: Llegan 147 trenes con un total de 437.402 judíos procedentes de Hungría.

Agosto a Noviembre de 1942: De los eliminados ghettos de Random llegaron otros 346.000 judíos.

Octubre de 1942 a Febrero de 1943: Llegan más de 110.000 judíos de la zona de Bialystok y otros 33.300 de la zona de Lublin.

Los trenes fueron llegando de forma masiva hasta Mayo de 1943; a partir de esta fecha llegaban algunos de forma aislada.

PELÍCULA RELACIONADA

Janusz Korczak, un héroe desconocido.

EL EXTERMINIO TOTAL

Los prisioneros varones eran obligados a desnudarse completamente en los espacios al aire libre entre los barracones; una vez listos eran llevados corriendo para acelerar su ritmo cardíaco por el pasillo o tubo de unos 100 metros de longitud que conectaba la zona de llegada con la de la muerte y que era conocido entre los verdugos como el «camino al cielo».
Las cámaras de gas estaban alojadas en un edificio de ladrillo junto a un generador de electricidad que daba luz a la zona y un motor especial cuyo tubo de escape estaba conectado a las cámaras.
En un principio existían 3 cámaras de gas pero por la ampliación y la llegada de prisioneros por miles se construyeron durante Septiembre de 1942 otras 7 quedando las 10 en funcionamiento total a diario con una capacidad media de 200 seres humanos cada una y con un máximo de 3.000 asesinatos cada 3 horas.
Para eliminar a los cadáveres en los comienzos de Treblinka se realizaron numerosas fosas comunes en la parte este de las cámaras de gas pero por la rapidez y masificación del asesinato masivo de judíos no daba tiempo material para ser enterrados y en numerosas ocasiones se creaban pilas enormes de cuerpos que se pudrían al aire libre y cuyo hedor, según cuentan los testigos, se podía oler a 10 kilómetros de distancia.
Para trasladar los cuerpos desde las cámaras de gas a las fosas comunes, los sonderkommandos utilizaban carretillas parecidas a las de las minas que hacían rodar a empujones por los raíles pero este método no resultó efectivo por el gran número de cadáveres que se apilaban y se optó por una enorme cinta transportadora que aligeró este trabajo. En ocasiones algunos prisioneros, al salir al aire libre, volvían a la vida (muchas veces mujeres embarazadas) pero eran asesinados con un disparo en la cabeza.
Pero esto, ya de por si terrible, alcanzaba su punto máximo del terror cuando se producían los gaseamientos delante de la siguiente columna de prisioneros que veían y oían los gritos de sus familiares muriendo ante sus ojos. Los guardias, una vez cerradas las puertas de las cámaras y a escasos metros de los demás prisioneros que esperaban, solían golpear las paredes con sus porras y miraban a los demás que presos del pánico solían realizar sus necesidades fisiológicas de forma involuntaria. La mentira se acabó. El brutal final estaba frente a sus ojos sin posibilidad de escapar.
A finales de 1942 se ordena que los cadáveres sean incinerados al aire libre y que se exhumen las fosas creadas hasta ese momento; una sección de sonderkommandos se encargaría de estas tareas y que consistía en apilar entre 80 ó 100 cadáveres a la vez y mantener los fuegos durante unas 5 horas para la eliminación de las pruebas; este proceso duraría las 24 horas del día hasta Julio de 1943.
Destacan las matanzas de 7.000 judíos eslovacos entre el verano y el otoño de 1942; entre el 5 y 25 de Octubre del mismo año, 5 transportes trajeron a 8.000 judíos del campo Theresienstadt (Rep. Checa) que fueron eliminados inmediatamente; también asesinaron en la segunda quincena de Marzo de 1943 a unos 4.000 judíos de Tracia, asesinaron a 7.000 judíos macedónicos entre Marzo y Abril de 1943. El exterminio masivo continuó hasta el mes de Abril de 1943 fecha en que se redujeron los transportes llegando algunos que traían a judíos sobrevivientes detenidos tras la sublevación del ghetto de Varsovia.
Cuando Treblinka eliminó el campo para no dejar rastro de sus viles crímenes arrastró una estela de más de 800.000 prisioneros asesinados.

LA REBELIÓN POR LA LIBERTAD

El 2 de Agosto de 1943 los prisioneros sonderkommandos comenzaron una rebelión que, aunque les costó la vida, significó el desmantelamiento del campo.
Los sublevados, armados de pequeñas armas y artefactos incendiarios prendieron fuego a las instalaciones y atacaron a los guardias; se produjeron muchas muertes entre los SS del campo pero también entre los prisioneros; escaparon unos 1.500 prisioneros.
Los incendios fueron sofocados sobre las 6 de la tarde de ese mismo día y se empezó a buscar a los fugados; se colocaron carteles por las aldeas de los alrededores avisando a la población de que quienes ayudases a los fugados serían ejecutados pero muchos habitantes de las poblaciones de Grady, Maliszewa, Grady y Kielczew escondieron a algunos que tras esconderse durante un tiempo lograron sobrevivir.
Los guardias localizaron a los fugados y fueron asesinados en el mismo lugar en donde fueron descubiertos o llevados al campo para ser fusilados como ejemplo a los demás prisioneros. Solo se salvaron 12 de ellos.
El comandante del campo Kurt Franz dijo durante su testimonio:

 

Vista parcial del campo de exterminio de Treblinka