Lejos parece haber quedado el momento en el que el gobierno, numerosos analistas financieros y no pocos periodistas festejaban la gestión del “superministro” Sergio Massa. A fines del año pasado, se consideraba una buena noticia que un dato de alrededor de 4 puntos después de la estabilización de la crisis cambiaria de julio, que había terminado en la salida de Martín Guzmán. Pero hoy también Massa parece entrar en crisis porque no hay aumentos puntuales a los que pueda achacar la aceleración inflacionaria, como suele suceder, la realidad es que las alzas son generalizadas y no parece que vayan a detenerse.
Hoy la realidad económica no tiene punto, todos viven pensando cómo llegar a fin de mes y pagar las deudas. Que más de uno sigue sosteniendo tras una pandemia dónde los esenciales están por arriba de los qué no lo fueron, y qué hoy, son los qué están a la deriva de un paquete económico qué no ayuda a salir de la crisis, sin billete qué alcance.


























