El Relator especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, José F. Cali Tzay, en Bariloche
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El Relator especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, José Francisco Cali Tzay, llegó a Bariloche
Invitado por la Sede Andina de la UNRN, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, realizó una conferencia abierta al público, en la que brindo una visión global de la situación de los pueblos indígenas en el mundo y la perspectiva en Latinoamérica.
Este jueves 25, brindo una charla en la Sede Andina de la Universidad de Río Negro ubicada en calle Anasagasti 1463, dónde se le dio la bienvenida con una ceremonia andina a orillas de los lagos de la región, previo a su charla.
Tzay, comenzó saludando a los presentes remarcó el entorno natural de ceremonia dónde se le dio la bienvenida en nuestra ciudad y dio un fuerte incapie al cuidado del medio ambiente por parte de las pueblos originarios, expresó su respaldo a todas las mujeres originarias por poner en contexto la situación que sufren las distintas comunidades en el territorio recuperado.
El 2020 fue un año sin precedentes para la población mundial, que ex-perimentó una pandemia global única en la vida. Los pueblos indígenas, armados con conocimientos y experiencia de varias generaciones por haber enfrentado enfermedades contagiosas y otras pandemias, respondieron al COVID.19 con métodos tanto tradicionales como nuevos e innovadores para la protección y la prevención; todo ello ante la desproporcionada discriminación y marginación a la que se enfrentan día a día. A pesar de la falta de programas de ayuda de emergencia o de su inadecuada aplicación, de la debilidad de las políticas y del escaso apoyo social, sanitario y económico de los gobiernos, los pueblos indígenas tomaron la iniciativa para protegerse y apoyarse mutuamente.
Sencillamente, aunque los pueblos indígenas han mostrado una resiliencia decidida durante la pandemia, el COVID.19. DETALLÓ.
La llegada del Relator a nuestro país también ha puesto de manifiesto y ha amplificado exponencialmente las profundas desigualdades a las que siguen enfrentándose a nivel mundial los pueblos originarios. La pandemia tuvo un impacto tan grave en los derechos y el bienestar de los pueblos indígenas que el recién nombrado Relator Especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, Francisco Calí Tzay, dedicó su primer informe temático al COVID-19 y a los riesgos particulares y los problemas globales que planteó para los pueblos indígenas.
En él señaló que los pueblos indígenas “rara vez se tienen en cuenta en los planes de contingencia” y, según las conclusiones de su informe, la mayoría de los estados no han incluido a los pueblos indígenas en sus planes de recuperación del COVID19, lo que destaca la
importancia del derecho de los
pueblo sindígenas al consentimiento libre, previo e informado en las decisines que les afectan.
Las pruebas y experiencias que se presentan en esta edición de
El Mundo Indígena
son abrumadoramente claras y similares: los derechos, las necesidades y los retos de los
pueblos indígenas durante la
pandemia sim-plemente no se tuvieron en cuenta. En casi todos los continentes muchos casos, los centros de salud eran inaccesibles, la información sanitariano se difundió ni estuvo disponible en lenguas indígenas, no se distribuyó el equipo de
protección personal, los paquetes de ayuda no tuvieron encuenta