
Un hombre de 71 años fue formalmente imputado por el delito de homicidio agravado con el uso de arma de fuego, en relación al asesinato de Diego Manuel Sixto. El hecho ocurrió entre la tarde del 4 y la madrugada del 5 de mayo de este año, en una zona rural próxima a Villa Llanquín.
Según lo relatado por el fiscal del caso durante la audiencia de formulación de cargos, la víctima y el acusado habrían mantenido una discusión en un campo ubicado sobre el camino vecinal Pipilcura, a unos 13 kilómetros de la localidad. En ese contexto, el imputado habría golpeado a Sixto con un rebenque. Luego del altercado, se dirigió a su vivienda, tomó una escopeta y le disparó a corta distancia en la cabeza, provocándole la muerte en el acto.
La acusación cuenta con evidencia reunida por la fiscalía, que incluye el acta del procedimiento policial realizado por la Unidad 36 de Dina Huapi, el testimonio de un testigo presencial, la declaración de la pareja de la víctima, informes médicos y pericias criminalísticas. También se secuestró el arma utilizada y se incorporó el informe de autopsia, que indica que Sixto recibió al menos 65 perdigones en el rostro, algunos de los cuales ingresaron al cerebro y a los pulmones, causando un shock hipovolémico letal.
El imputado fue asistido por la defensa pública penal. Si bien no se opusieron a la formulación de cargos ni al plazo de cuatro meses para la investigación preliminar, sí rechazaron el pedido de prisión preventiva, argumentando la falta de riesgos procesales y la avanzada edad del imputado. La defensa propuso como alternativa la fijación de domicilio en Bariloche y, de forma subsidiaria, invocó el artículo 110 del Código Procesal Penal, que establece la improcedencia de la prisión preventiva para personas mayores de 70 años.
Finalmente, el Juez de Garantías tuvo por formulados los cargos por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, según los artículos 79 y 41 bis del Código Penal. Concedió los cuatro meses para la investigación y dispuso medidas cautelares: la prohibición de acercarse o contactar a los testigos por cualquier medio, la prohibición de salir de Bariloche, y la colocación de una pulsera electrónica para su monitoreo.


























