
En un proyecto piloto, el gobierno de Filipinas ha mandado dos drones a las zonas más afectadas por las lluvias del pasado invierno, que serán apoyados por 25 técnicos repartidos por todo el país para apoyar y supervisar el trabajo de los drones. Los drones son utilizados cada vez más, gracias a que están equipados con equipos fotométricos de navegación que les permiten desarrollar mapas detallados, conseguir datos concisos y fotografías aéreas de gran valor. Drones para control de la agricultura son importantes también porque pueden incluir el denominado Índice de Diferencia Normalizada de Vegetación (NDVI). Se trata de una fórmula utilizada para evaluar la vegetación y la salud de las plantas.
Estos datos recogidos por los drones para evitar desastres climáticos se utilizan para ver dónde los sistemas agrícolas son especialmente vulnerables a los desastres naturales. Además de identificar estos riesgos, también contrarrestarlos. Evaluar el contorno del suelo, la plantación de vegetación protectora y la construcción de muros de contención. Con una capacidad de trabajo, de 600 hectáreas de análisis al día.
En definitiva cada vez se utilizan más con la finalidad de poder ayudar al gobierno y a los ciudadanos en la puesta en marcha de medidas de protección y evaluación de daños.


























