La Subsecretaría de Recursos Forestales acargo de Fernando Abart y la organización Circuito Verde firman un acuerdo para establecer una
relación de cooperación mutua para colaborar en la recuperación de áreas
degradadas de los bosques andino patagónicos.
Una firma de convenio que promueve la conservación de los bosques nativos mediante el ordenamiento territorial; regula la expansión de la frontera agropecuaria y los cambios de uso de suelo; regula y controla la disminución de las superficies de bosques nativos existentes, y hace prevalecer el principio precautorio y preventivo, teniendo en cuenta los enormes beneficios ambientales de los bosques y los daños que puede provocar su ausencia.
Todos sabemos que los bosques están considerados importantes sumideros de carbono y su función es fundamental para afrontar el cambio climático. La temperatura de la superficie global va aumentando de manera drástica y ello afecta a la población, a las tierras de cultivo; en fin, a la economía y a la salud. El ordenamiento de los bosques puede reducir la intervención del “extractivismo urbano” y evitar males mayores. Este concepto lo utilizo aquí para definir a la actividad económica que persigue intereses inmobiliarios y que interviene sobre los bosques y humedales para transformarlos en urbanizaciones.
Desde Circuito Verde Alondra Crego nos informó que dentro de la Asociación Civil detenemos un programa que se llama plantando Patagonia donde nos enfocamos en la restauración de ecosistemas o bosques nativos y unas de las áreas principales de este programa es la plantación de nativas o la reforestacion de áreas que han sido disturbadas por fuegos o cuestion de destino atrópico o natural. Hoy incentivamos el vivero productivo natural de Mallin Ahogado en lo que sería plantines para el futuro, los cuales trasladamos en los lugares qué fueron disturbados y que queremos restaurar como el ciprés, la lenga enfocados en despertar a las personas teniendo conciencia de que somos parte de la naturaleza. Expresó.
Hoy la realidad ambiental lleva a que cada ciudadano que realice una tala por edificación tiene la obligación a la restauración o compra de plantas nativas qué tienen que replantar en dicho territorio, la cual también puede donar al banco del vivero provincial que a la fecha cuenta con más de 500 plantines para la reforestacion en la zona andina.
Un trabajo que tienen que fortalecer los viveros de toda región para generar la venta plantines nativos al ciudadano/a que así lo requiera, para la reforestacion de especies autóctonas en extinción.